
Carne Triste
El título de esta exposición, Carne Triste, es también el fragmento de un verso, esta vez de un poema de Mallarmé, Brisa Marina. Estas dos palabras de connotaciones tremendistas son el anuncio de un discurso que desarrolla una visión que evidencia la decepción del artista sobre el criterio de los hombres a la hora de tomar decisiones que afectarán a millones de personas. Esta exposición no está realizada en base a un algoritmo que elige palabras, sino en base a ideas, recuerdos, e imágenes grabadas en la memoria de la sociedad, que el artista recoge haciendo uso de un entorno interiorizado; de alguna manera estas imágenes se han ordenado (o desordenado) en su cerebro dando lugar a una descripción sutil y mordaz del presente, relacionado con el pasado, y que casi a modo de oráculo presagia el futuro. Pero el oráculo, con toda su teatralidad, lo tiene fácil. El futuro no promete. El mundo está hecho un desastre, siempre lo ha estado. Vivimos un momento de la historia donde nunca habíamos estado mejor, y sin embargo la sensación de desazón nos acompaña. Debe de ser el cansancio provocado por vivir en una sociedad en la era de la sobreinformación en la que la fascinación que nos provoca el horror vende más que nunca.

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