Mediante la serie de dibujos que conforman “Propaganda” quiero analizar la estética del poder y sus códigos de representación a lo largo de la historia. Para ello, he empleado una serie de imágenes que han sido utilizadas como propaganda política, militar o revolucionaria desde el antiguo Egipto hasta nuestros días. La selección de estas imágenes responde a unas preferencias personales y a una forma muy determinada de leer e interpretar la historia.
La historia del arte tiene, por lo tanto, una importancia clave en el desarrollo de este proyecto, ya que una buena parte de las imágenes que utilizaré como referencias para realizar estos dibujos corresponden a pinturas y esculturas que a lo largo de los siglos se han utilizado como herramienta política. La fotografía y el cine son, evidentemente, otras dos fuentes de referencia directa, especialmente para aquellas obras que hacen referencia a sucesos acontecidos en los siglos XX y XXI.
Con este proyecto pretendo reflexionar acerca del papel del arte dentro de nuestra sociedad y evidenciar algo que no es nuevo: la dimensión política y social del arte y su inevitable influencia sobre cómo se narra la historia. Tomando como punto de partida el concepto de propaganda, he creado un grupo de obras que ofrezcen diferentes perspectivas históricas acerca de cómo se ha utilizado el arte como herramienta ideológica. Algunas de estas obras inciden en la personificación de la autoridad en forma de retrato y su simbología. Otras plantean la representación de la familia como elemento de legitimación política, mientras que otras analizan la representación de la guerra y lo militar como elementos de cohesión social. Un último grupo de obras analizan la propaganda como oposición al “statu quo”, es decir, la relacionada con los movimientos revolucionarios, contraculturales y de heterodoxia política.