
Mallorca International Art Awards 2022: a review
Mayo 2023
La exposición “Mallorca International Art Awards 2022: a review” recoge las obras de algunos de los artistas contemporáneos más destacados del panorama actual en Mallorca.
La palabra review, entendida comúnmente como observación o revisión, en esta ocasión remite a la reflexión sobre temáticas como la autobiografía, la colectividad, la estética, la política o la metafísica. Todos estos conceptos están presentes en la obra de los artistas que presentan sus creaciones en esta edición de los premios MIAA. Su presencia en el proyecto viene dada no solo por la calidad plástica de su trabajo, sino por la magnitud de sus discursos.
Los premios MIAA pretenden homenajear el arte de Mallorca, el cual se encuentra en constante revisión de temas de gran relevancia, que nos afectan a nosotros y a nuestro entorno.
Empezando por el ganador de la primera edición de los premios MIAA, la obra de Marcelo Víquez es esencialmente autobiográfica. Partiendo de la unión y modificación de diversos objet trouvé, el artista reflexiona de manera crítica sobre su propia experiencia vital y sobre el mundo que le rodea. La combinación de estos objetos – a menudo con una función utilitaria y totalmente ajena a lo artístico – permite una reinterpretación de la estética a través de la ironía, el sarcasmo y el humor negro. Así, Viquez plantea una ruptura con el orden establecido, incitando siempre al cambio. La crítica social, tanto desde la observación de la sociedad como desde la propia introspección, en una constante en los discursos artísticos del arte contemporáneo. Con la misma voluntad de desmembrar la realidad para reconstruirla de nuevo, los lienzos de Cristòfol Pons plantean la revolución social como único método posible para la destrucción del sistema opresor. La unión y la colaboración con el objetivo común de cambiar la estructura de violencia en la que vivimos, la cual solo puede darse desde la insurrección popular, a favor de la verdadera libertad, el feminismo y la anarquía.
Haciendo frente a la individualización que nos incapacita como comunidad, el entendimiento social desde el prisma colectivo se ve reflejado de nuevo en la obra de Alicia Santamaria. Basándose en prácticas etnográficas y en la observación del día a día, su obra reflexiona sobre las emociones individuales y colectivas. El uso de la cerámica le permite vincular la fragilidad plástica del material con su propio discurso, abordando temáticas como comunidad, trabajo, identidad o cuidados. Su imaginario remite a contextos íntimos y cotidianos a través de los objetos, permitiendo así la reflexión crítica de nuestra memoria colectiva y el desarrollo de ésta hacia el futuro. A su vez, el trabajo de Stella Rahola mantiene la mirada en la sostenibilidad, la colaboración y la memoria material. Su obra recupera los procesos artesanales de la creación de objetos, históricamente usados por hombres, que le encaminan a concebir el cuerpo – y en especial las manos – como principal herramienta creadora. Su reflexión pone en entredicho el pasado y el futuro, recuperando materiales tradicionales que a día de hoy son fundamentales para la tecnología y el progreso. Pasando por procedimientos científicos y casi alquímicos, Rahola lleva al extremo la fragilidad de sus obras para reflexionar sobre el ciclo vital de la propia materia y, a su vez, de la vida.
Resulta casi inevitable que los conceptos como ecologismo y sostenibilidad sean predominantes en las creaciones expuestas en este proyecto. Las inquietudes de los artistas por la sensibilidad de la isla y su ecosistema, se reflejan en sus creaciones desde diversas ópticas. Así, la obra de Mar Guerrero presenta interés por la preservación del ecosistema marino y la astronomía. La visión científica que prevalece en su trabajo le permite crear una arqueología del tiempo, a través de la observación de la memoria de los espacios y las huellas que dejamos los humanos en nuestro paso por la Tierra. A su vez, desde un punto de vista analítico, el trabajo de Olimpia Velasco investiga cómo la humanidad encuentra los puntos privilegiados desde donde observar la naturaleza y así, poder protegerla. Mediante el uso de técnicas y materiales heterogéneos, la artista concibe el medio natural como una evasión de la realidad, donde poder identificar y comprender los sentimientos humanos más profundos e indescriptibles.
La atmósfera, el ambiente y los elementos del entorno son los caminos por las cuales artistas como Alba Suau y Aina Albo alcanzan la introspección para entender sus emociones más insondables. Ambas artistas crean desde la abstracción, pero eligiendo líneas visuales opuestas. Alba Suau utiliza al expresionismo y el uso del color para crear un instrumento meditativo. Los elementos sutiles que conforman su alrededor, tales como los sonidos del exterior o la luz que penetra en una habitación, adoptan un sentido trascendental, transportando al espectador a un lugar donde aislarse y permanecer. La propia contemplación de estos es la que lleva a la artista a crear experiencias mediante su pintura. Por su parte, Aina Albo utiliza las formas que nacen de la naturaleza, tales como elementos lumínicos o ambientales, para crear un lenguaje geométrico muy personal. En esta ocasión, la gama cromática suave subyace al empleo de las formas. La influencia escultórica proporciona el uso de materiales de procedencia natural o sintética para conformar las geometrías. Así, Albo proyecta imágenes abstractas que vincula a sensaciones o emociones imperceptibles a simple vista, y que a menudo vincula a sus experiencias personales.
Dentro de la estética geométrica, la obra de Tomas Absolon y Josep Santamaria representan el análisis y la rigurosidad científica a través de la pintura, presentando una clara dicotomía entre figuración y abstracción. La experiencia de Tomas Absolon en la creación de logos deportivos permite al artista imaginar y representar formas desde cero. Las siluetas plasmadas en los lienzos inteinteractúan con la memoria de quien las mira, adaptándose a sus recuerdos visuales. Así, crea un reconocimiento incompleto que mantiene la incertidumbre del espectador, quien intenta averiguar las referencias de las formas que está percibiendo. A su vez, el trabajo de Josep Santamaria se basa en la investigación de la abstracción geométrica, explorando ideas como ritmo, equilibrio cromático, proporción o dimensión. Partiendo de motivaciones estéticas, su lenguaje presenta un claro nexo con las vanguardias suprematistas o constructivistas del siglo XX. Las obras de Santamaria representan figuras plasmadas en superficies uniformes donde no se atisba perspectiva, como si de estrellas suspendidas en el cosmos se tratara.
El análisis y la delicadeza en el medio plástico son igual de característicos en la obra de Gracia de Juan. Mediante el uso de elementos como el metacrilato, el dibujo o la luz negra, la artista crea ambientes sugestivos y casi místicos. Las dualidades arquetípicas del imaginario mitológico y ancestral – el sol y la luna, la mujer y el lobo, la luz y la sombra – le permiten manifestar un orden, una manera de entender las pasiones, voluntades y contradicciones que caracterizan el comportamiento humano.
A modo de desenlace, podría afirmarse que la exposición plantea un mapa del contexto artístico contemporáneo en la isla, a su vez que refleja la preocupaciones y pensamientos de nuestra sociedad global de una forma clara y rigurosa. La relevancia plástica y discursiva que desarrollan los once artistas participantes es el mejor ejemplo de que el arte de Mallorca es un ente vivo, inquieto y constantemente efervescente.

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